martes, 6 de diciembre de 2016

UN EXTRAÑO



A mis letras les puse caviar de estrellas
cuando la luna destripaba mis poemas.
Algún grito empalaga la oscuridad,
sé que llevo en los bolsillos
arena de ninguna parte
que recogí en las debilidades
y llevo una hora en la primera letra
de la tristeza.
Me gustaría que fuese
sábado por la noche,
emborracharme entre sus piernas
cuando me deja el ombligo a cuadros,
que mi almohada
envidie lo cotidiano
porque mi sangre haya perdido la memoria.
Puede que hasta me quede en silencio
si veo mi calavera tragar saliva
porque he pasado de moda
y tengo dudas hasta de si existo.


José Manuel Acosta.

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