miércoles, 31 de agosto de 2016

DE REGRESO


Va transcurriendo el día,
gimen los innecesarios
que caminan con su pena ficcticia.
Voy depilando las aceras
mientras me visto
de paso largo
para llegar impaciente
a los gritos
que aún no conozco.
Me saluda el propietario
de las esperanzas perdidas,
el inquilino que vive
en la habitación del miedo
y el que sube las escaleras
después de perderlo todo.
Detrás,
viene el de los reproches
con su ordinario bostezo
rumiando el salistre
del pensamiento.
Y corro.
Corro junto al tiempo
perdido como un eco muerto,
como los mañana
en un campo de concentracion nazi.
Me visto de existencia
y pienso que los posibles
no renuncian a los límites,
que todos
podemos romper las cadenas
que nos atan a este mundo,
que siempre hay una mueca.
Que nada es definitivo.
Que las consecuencias
están de paso.


José Manuel Acosta.

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