domingo, 24 de mayo de 2015

TAPANDO SUEÑOS


Abrí la pesada puerta de la vida
para salir con la culpa abrochada respirando libertad
y otra vez me engañaron los sueños.
Alguien pinta las emociones
de rímel negro, desordenando las palabras a su paso.
Solo quería correr, con la cara manchada de tierra
y los zapatos llenos de réplicas
para ver si a última hora del día
me devuelven algo de lo que no entiendo.
Sentí el peso de una manta
por si la vergüenza descubre el rostro
de los ajenos que evitan pasar al fondo del corazón
porque no te van a querer más por ser bueno.
Me abro paso a codazos, la verdad no cambia nada
si la culpa cierra la puerta,
me hace más daño la realidad
que lamentarme de la tristeza.
No vayas a decirle a nadie
que me acerqué a ver el dolor sobre las aceras
para sentir como respiran los muertos
y evitar una doble condena,
porque quien no tapa sus vacíos
no puede ocupar otros espacios.


José Manuel Acosta.

viernes, 22 de mayo de 2015

SOY ANDALUZ DE PLENO DERECHO

Cuando se nombra Andalucía, proclamamos a los cuatro vientos la suerte que tenemos de haber nacido en esta tierra. Mi madre que es Gallega, bien podría haber parido de Despeñaperros para arriba y mi suerte habría sido otra bien distinta simplemente porque el azar entró en juego y rompió aguas donde no debía.
Así que, cuando hablo de Andalucía, pienso también en esas personas que decidieron vivir en esta tierra sin ser autóctono y que pueden sentirse tan orgullosos como quien tuvo la fortuna de nacer aquí.
Ser Andaluz no significa que tengas que estudiar la vida de Blas Infante, o que te asalten las lágrimas cuando oyes el himno rodeándote con la bandera de Andalucía porque así, le demuestras al mundo que procedes de un lugar donde la felicidad no se corrige y los golpes de pecho tienen la conciencia de quien reza.
Tampoco hay que ser historiador para comprender nuestras civilizaciones, aquella que en primaria le preguntas a un alumno quienes eran los Tartessos y no sólo no saben quiénes eran, sino que tampoco sabrían que fue el primer país políticamente organizado de Europa, lo que hoy es Andalucía. Y es tan comprensible, como que un poeta tenga que saber quién era Al-Mu´tamid.
Quitaré los tópicos humillantes de quienes usan todas las formas del verbo denostar porque nos ven como un país (permítanme el uso de país) subdesarrollado, que, o bien estamos de fiesta, o una vez jubilados nos vamos con la hamaca a tomar el sol en la costa.
Soy Andaluz de pleno derecho, -sí, gracias, de nada-
sin sentirme orgulloso por ello, es como demostrar en el día del orgullo gay tu orientación sexual, yo soy Andaluz porque para demostrar que lo eres, debes sentirte orgulloso de esta tierra y creer que todo lo que hay en ella merece la pena luchar porque lo haces para progresar y prosperar adecuadamente, sobran más explicaciones.
Recordemos que hay Andaluces con la necesidad de necesitar de otros Andaluces y en ese menester, todo somos iguales ante la ley de la ética y la moral, sino estás comprometido con tu tierra, sentirte afortunado de ser Andaluz se queda sin validez.

José Manuel Acosta.

miércoles, 20 de mayo de 2015

ÉSTE TELÉFONO PUEDE SALVAR TU VIDA

Casi la mitad de las mujeres (el 46 %) a las que atendió en 2013 por sus adicciones la asociación Proyecto Hombre ha sido víctima de malos tratos físicos a lo largo de su vida, en tanto que una de cada cuatro (el 27 %) ha sufrido abusos sexuales.
Así se desprende del informe con datos de 2013 del Observatorio de Proyecto Hombre.
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La llaman la desposeída de ilusiones
la mujer descalza
que publica llantos en su pecho
suspendida en el olvido.
Tiene la ingratitud cosida
a sus rodillas.
¡deja llorar a la mujer vencida!
el alma es ajena a los desaires;
es divertida la burla
de los desprecios,
que todo lo mancha
y nada puede convencerme
que hay sonrisas falsas
y grandes palabras
donde se esconde el maltratador.
Tened cuidado con los aduladores
que son capaces de escribir
un verso al mismo demonio
y con la misma mano
que dan hostias
se persignan.


-La educación en valores en los niños de hoy
evita comportamientos violentos en los hombres de mañana-

José Manuel Acosta.

LA CALLE DEL ALMA


Es lo que tiene la mirada
detenida y sin consuelo,
porque espero
que pierda la vergüenza
mis labios
para quererte
más de lo que te quiero.
Por eso mi lengua
tiene la medida exacta de tu boca,
por eso compañera mía
es tan delicada la sangre
a pesar de las derrotas,
porque entre tu vientre
y el mío
hay una calle con sabor a vida
y lejos quedan los ausentes.

José Manuel Acosta.

lunes, 18 de mayo de 2015

DÍAS SUELTOS

Transcurren los días,
el perdón pierde la memoria
la sensibilidad sigue amontonando
los recuerdos
y la debilidad
es irreverente.
El cajón de los sentimientos
cada vez más
lleno de posibilidades
y los momentos
se quedan sin festivos.
Ayer, hablando con la luna,
me reveló
cuántos secretos
tienen las estrellas,
por eso iluminan la noche
porque todas las lágrimas
amanecen
en el mismo sitio.
Porque en todos los sitios
hay lágrimas.


José Manuel Acosta.

¿TE ATREVES A ESCRIBIR?

Escribir es la razón de mantener
la mente despierta.
Es la manera de conversar con tu interior
sin que influyan factores externos.
Escribe y verás que nada retiene
tus sentimientos.
Es la cura para todas las heridas.
Se publican millones de libros en el mundo
de miles de autores a los que no conocerán
nunca excepto en su círculo más cercano.
Otros que autopublican sus obras.
Alguien me preguntó en uno de mis talleres
¿ para qué sirve todo esto?
No servirá para ganarte la vida,
pero servirá para que tu vida gane más.
No conozco mejor medicina
para la depresión
que la escritura.
Y aunque me han llamado pretencioso,
egocéntrico y cientos de calificativos más,
me queda la satisfacción junto a dos exprofesores de la universidad
Pablo de Olavide, haberlo demostrado.
Escribe..lo que quieras,
Cervantes sólo hubo uno.

José Manuel Acosta.

DE REGRESO A LA FE


Va transcurriendo el día,
gimen los innecesarios
que caminan con su pena ficcticia.
Voy depilando las aceras
mientras me visto
de paso largo
para llegar impaciente
a los gritos
que aún no conozco.
Me saluda el propietario
de las esperanzas perdidas,
el inquilino que vive
en la habitación del miedo
y el que sube las escaleras
después de perderlo todo.
Detrás,
viene el de los reproches
con su ordinario bostezo
rumiando el salistre
del pensamiento.
Y corro.
Corro junto al tiempo
perdido como un eco muerto,
como los mañana
en un campo de concentracion nazi.
Me visto de existencia
y pienso que los posibles
no renuncian a los límites,
que todos
podemos romper las cadenas
que nos atan a este mundo,
que siempre hay una mueca.
Que nada es definitivo.
Que las consecuencias
están de paso.


José Manuel Acosta.

EL SOÑADOR DE APLAUSOS


Se encontraba al borde de la esperanza
apoyando la cogera de la vida
en un bastón.
Sus labios sostenían con fuerza las palabras
que salían impacientes al recreo invisible
de las historias.
Todos los días buscaba mis equivocaciones
y me atrapaba con las distintas caras
que tiene la vida. Con una pierna suelta
y la otra ocupándose de conseguir milagros,
lograba que mi interés se quedase meditando
sobre lo que es el olvido gritando
tu nombre y todo es silencio.
Le buscaba a diario, como si mi repiración
necesitase sus historias para reconciliarme
con el mundo y me entrase aire fresco
en los pulmones envueltos en cenizas.
Me hizo sentir el amor al teatro,
no al que representamos con cara saludable
y más amargura que un pomelo, si no al que hay
detrás de las bambalinas que busca
los aplausos para que desaparezca el miedo.
Resaltaba cómo se derretian sus ojos
jugando con los momentos, qué siente un actor
cuando está por encima de los hombros.
Recuerdo aquel día que vino a buscarme
y yo ya estaba esperándole porque le habían
propuesto hacer un anuncio para el servicio
de limpieza de nuestra ciudad.( LIPASAM)
-No sé qué hacer-. Me preguntó.
Hay que joderse -pensaba yo- un mindundi
de cuello vuelto enseñando a noventaydos años cómo abrocharse los botones.
Hay palabras que siempre siempre, son entre dos.
-lucia tan bien en aquel anuncio-
Como todos los días, le esperaba, pero no llegó,
tampoco al día siguiente ni en los posteriores.
Una semana después alguien vino a buscarme,
portaba el poemario que le regalé a Luis años atrás.En ese instante comprendí su ausencia a nuestros encuentros.Llegué a casa y le dije a mi mujer que el hombre de las historias
había muerto, el criador de pájaros sin alas,
el soñador de aplausos se había hecho "novio
de la muerte".
Dentro del poemario, en un sobre cerrado con mi nombre y mi lugar de trabajo, había un libreto
con la opera Sigfrido y una nota:
Me he abrochado el último botón de la camisa.
Las otras palabras son siempre siempre,
entre dos.

José Manuel Acosta.

miércoles, 13 de mayo de 2015

POR LOS MOTIVOS QUE SEAN


Tú bésame, sólo bésame
y ya buscaremos en qué lugar se perdieron nuestros labios.
Quizás el margen del pecho donde oíste hablar a mi pluma
es donde respiro insatisfecho.
El amor no conoce fronteras
porque piensa
que es la imposibilidad de la existencia.
Después de pensar a ratos
que la sonrisa es gratuita,
que las lágrimas tienen un precio,
que en la garganta se pierden las palabras,
que las caricias no tienen arrugas y
la felicidad se ordena.
Que la vida es habilidad
y todo lo que venga detrás.
Después de todo eso,
honestamente
me gusta ser como soy
porque cuanto más me alejan,
más me acerco a sus necesidades
y ser y estar no es lo mismo
aunque lo parezca.
Es por todo eso
que hoy me he echado al olvido
los ayeres
y mañana otra vez será tarde.


José Manuel Acosta.

SUS ÚLTIMAS PALABRAS


Se le van los años en un espejo,
ya no tiene la plenitud de la literatura
ni el aspecto de un poema.
Sus manos tienen la ambigüedad
del reproche.
La retórica de sus ojos perdió disciplina
y se cansó su boca de repartir bondades.
Ha preferido olvidar la memoria
que guarda el dolor,
la vigencia que tiene la odiosa felicidad
que no comparten quienes no la conocen.
Y él está ahí, con el consuelo a medio hacer,
con los breves términos literarios
reorganizando corazones.
Se le pasa la vida entera estructurando
la felicidad, formando la esquiva
equidad que tiene la lengua,
en dialogos asolapados destinados
a nuestro personaje teatral.
Tiene un idílio con los idiotas
que versan sobre sus apacibles vidas.
Sigue mirándose al espejo empañado.
Había escrito un te quiero
que desapareció tan rápido
como el pensamiento de la muerte,
como los idiotas que ha convertido
en escayola.
Como yo mismo.


José Manuel Acosta.

sábado, 9 de mayo de 2015

BUFONES


 
Hoy nos vamos a poner la mirada nueva,
nos desnudaremos de los tropiezos vividos
que nos han hecho más humilde,
pondremos un no, antes que sea demasiado tarde
y nos duela la vida.
Dejaremos resuelto el olvido
para hacer más fuerte la esperanza
que deshace el tiempo en nuestros labios,
eliminaremos las falsas monedas
que se compraron como un tesoro ayer
y se vendieron sin precio hoy.
Seguiremos conquistando los desafíos
que nos llenaron de sabiduría
mientras disfrutamos la existencia
sin conformarnos con un momento de felicidad.
Nos sentaremos a contemplar la verdad dolorosa
para que sigan llorando las mentiras,
siempre es mejor nadar entre lágrimas
que ahogarse en llantos.
Mañana, ya vendrán otros a vender su pena
juzgándonos por dentro.
Ponte guapa cariño,
hoy nos vamos de paseo
y puede que nos encontremos con alguien.

José Manuel Acosta.

EL CAFÉ DE MIGUEL


Movía tanto el café, que cuando tomaba el primer sorbo, ya estaba frío; no tenía nada especial en lo que pensar excepto recordar el tiempo vivido.
Miguel se esforzaba en construir sueños que le mantuviesen despierto suplicando que la noche no tardase en llegar, siempre tuvo miedo a morir dormido y no poder prepararle a su mujer al día siguiente su taza de leche con café.
Mientras la mira, le señala con el dedo una fecha en el calendario.
-¿recuerdas ése día cariño? Estabas tan guapa, la verdad es que siempre lo has sido;
aún recuerdo cuando bajabas a coger agua de la fuente y cómo los rayos del sol se reflejaban en tu pelo,
parecía que el cielo te estaba besando.
Miguel no paraba de hablar hasta bien entrada la noche, pero aquél día llamaron a la puerta interrumpiéndole.
-Buenos días Miguel, le traigo su periódico, siento mucho lo de su esposa.
Se dirigió a su habitación absorbiendo todo el oxígeno que podían sus pulmones,
se echó sobre la cama abrazando fuertemente la almohada
y suplico en voz alta
-llévame contigo, amor.


José Manuel Acosta.

SUS ÚLTIMAS PALABRAS


Se le van los años en un espejo,
ya no tiene la plenitud de la literatura
ni el aspecto de un poema.
Sus manos tienen la ambigüedad
del reproche.
La retórica de sus ojos perdió disciplina
y se cansó su boca de repartir bondades.
Ha preferido olvidar la memoria
que guarda el dolor,
la vigencia que tiene la odiosa felicidad
que no comparten quienes no la conocen.
Y él está ahí, con el consuelo a medio hacer,
con los breves términos literarios
reorganizando corazones.
Se le pasa la vida entera estructurando
la felicidad, formando la esquiva
equidad que tiene la lengua,
en dialogos asolapados destinados
a nuestro personaje teatral.
Tiene un idílio con los idiotas
que versan sobre sus apacibles vidas.
Sigue mirándose al espejo empañado.
Había escrito un te quiero
que desapareció tan rápido
como el pensamiento de la muerte,
como los idiotas que ha convertido
en escayola.
Como yo mismo.

José Manuel Acosta.

lunes, 4 de mayo de 2015

LA MISMA SANGRE

Siento las expresiones del frío,
la guerra que mantiene
mi espalda con el mundo
y la de vueltas que da el odio
por la libertad
de las esquinas.
Soy la "puta"salvaje
con cheques al portador
o el "maricón" insaciable
dormido en una vena
de la corbata.
Morirás después
de despertarte a mi lado,
de haber desangrado
tu boca con mi lengua
si, tu boca,
la que me ha prohibido salvarte la vida
con mi sangre
porque el dinero
no tiene orientación sexual
y el amor se pierde
por las alcantarillas.


José Manuel Acosta.

ME PAREZCO A LA POESÍA

Que llegaste aliviando los murmullos
y dejaste los adjetivos rotos
comiendo en el ombligo,
te separas de mis párpados
cuando peinas mis labios,
no le doy importancia
al adiós,
sé que vendrás mañana
a buscar mis versos
mientras sigo escribiendo
tu espalda
como el cielo de las gaviotas.
No tengas miedo
a la poesía,
ella se inventó
por si al corazón
se le pierde algún latido.
Todos nos parecemos
un poco a ella.


José Manuel Acosta.

A LA MADRE DE MIS HIJOS

Confieso que dejaré mis ojos
cosidos en el dobladillo
de tus labios,
que el último parrafo
que le escriba a la vida
tendrá dos posibilidades,
o amarte en la voluntad
de mis versos
o morir con el verbo arrugado.
Corrígeme si me equivoco,
si te amo con impaciencia
es porque he comprendido
que la ortografía del corazón
no necesita correcciones.


José Manuel Acosta.

TENGO LA MALETA HECHA

El alma es una puerta por donde entra
las intenciones
y sale el olvido.
Se me ocurrió ponerle pensamiento
al corazón cuando las palabras
son desinteresadas, admito que sufro de
culpa insatisfecha , que tengo predilección
por los pobres cuando sienten miedo a su conciencia 

porque negocian el perdón y esperan
sentados a la diestra de los dioses.
En el juicio final, se amontonarán las palabras
que decidieron los pensamientos e influyen
notablemente en las posibilidades
que nos ofrece el corazón, entonces al subir
el último peldaño que nos hará eternos,
nos damos cuenta que una parte de nosotros
siempre estuvo muerta y que el alma
sólo fue algo que dio vueltas
por nuestra cabeza.
Lo bueno de todo esto
es que,acepto a los espíritus
que están cosidos a mis piernas
y me arrodillo
para que circule la sangre
antes que el camino se encangrene
y no sepa a dónde ir.
Entre el alma y el corazón
hay una leyenda y a lo lejos
los cuervos picotean el olvido.

José Manuel Acosta.

PALABRAS

Cuando las palabras
se quedan en silencio
es porque has pasado al recuerdo
de quienes tenían que ponerles voz.
A veces se quedan sin memoria
y resultan tan extrañas
como la sonrisa que nunca vuelve,
como el pretexto
que pone la ausencia.
Nunca le digas a tu boca
lo que no piensa el corazón.
Le estoy explicando a mis pensamientos
que no fuimos nada,
tan sólo un leve movimiento.


José Manuel Acosta.

EL POETA CONGÉNITO

He escrito unos versos
con el dolor
que me ha sobrado.
Con los quejidos
escribí un léxico sin brazos,
con mi pluma pensé
sanar las hipérboles,
coserme con puntos suspensivos
las ideas
por si se escapan
los acentos diacríticos
de mis venas.
Los suspiros
se quedaron en sinéresis
y mi corazón
en un punto y aparte.
Al fin comprendo
que un poema
es una locura transitoria
y otros,
una demencia permanente.
Me consuela saber
que recupero mis funciones
progresivamente.


José Manuel Acosta.

HIJO DEL TIEMPO

Me siento a observar el tiempo
y alguien te recuerda
que no eres camino
si no sangre,
y pienso si el perdón
sigue estando lejos,
o morimos desnudos
por orgullo.
Yo estaba en el lenguaje
de las fotografías,
en el eco de las sombras
y me hablan de las esquirlas
que abren las heridas
porque no ha muerto
la oxitocina,
que no te sobra nada
y te falta todo.
Doy las gracias
a quien te quita las piedras
convirtiéndote en arena.


José Manuel Acosta.