jueves, 30 de mayo de 2013

CUANDO MUERDE LA SERPIENTE





No soy yo
quien sentado en el borde del alma
busca los secretos del miedo molestando su rutina
ni soy un préstamo de latidos devengando intereses al sentimiento.
Tampoco soy el rencor
amamantando odios
porque sin creer en Dios,
decidí mirar otras manos
aunque también me iré con prisas de esta vida.
He decidido hablarle en plural al corazón
y aún no siendo lo que dicen que soy,
hay un juez impoluto
que a todos nos dictará sentencia.
(Debe ser que me hago mayor)
Fermentan los vocablos sueltos
que hablan de mí,
o de ti cuando los años se escapan de puntillas
y mueren las dudas
por estar pudriéndose
en el cajón de las preguntas
porque las palabras
se hacen cobardes con las respuestas
o eso dicen los sabios que nada saben
pero con porte de saberlo todo
( debe ser que me hago mayor)
José Manuel Acosta.

NUESTRO PUNTO MÁS DÉBIL

La vida dura como una flor
un instante mirando a la muerte
es una oración dormida en un rio
mientras el yugo del tiempo
 la somete a la realidad
y la lágrimas caen por el hueco de las necesidades.
Nuestra alma es eterna
cuando el tiempo calla las palabras
porque ellas no guardan secretos a vista de pájaro.
Yo padezco de alcoholismo educado
cuando los buenos días se dan sin humillaciones
porque la peor herida es la vanidad,
su esfuerzo nunca pide perdón
por lo que muere desnuda la voluntad
aunque vaya vestida de dignidad.
Si me faltas tú, inútil orgullo,
me abres las puertas de las inseguridades
porque ya sabes
que he descubierto tu punto débil.

José Manuel Acosta.

QUÉ MALOS TIEMPOS PARA LOS POETAS



La vida está llena de nostalgias
de rincones vigilando el miedo
que acechan la mediocridad
aunque la vistas de seductora.
La vida es memoria,
un gesto descuidado
que no grita pero muerde los atrevimientos
porque los sentimientos,
es la cultura que permanece inalterable
en el corazón.
Es cuestión de saber cuánto has evolucionado
o si sigues esperando
un rezo sin epitafio.
Algunos me llaman poeta añejo
estéril de conciencia y palabra,
artificial en apariencia que pasa inadvertido,
y quemarán mi lírica con palabras de madera.
Pero si no han conocido las razones de un poeta
no se atrevan a juzgarme
porque a todos,
nos escribirán el final en miniatura.

José Manuel Acosta.

LIBROS (ateniéndose al sentimiento)




Donde nace la luz de los poemas
es difícil dejar nada a la improvisación,
a la explicación  de las palabras
cuando la memoria se acomoda
a la bienvenida de un poemario,
a ese oasis de sentidos
que pueden ser inútiles
si no les das la vida mediante el sentimiento.
En otros tiempos
se censuraban las palabras,
pero no cambiaban el rumbo del mundo.
No me devuelves nada
si crees por un instante
que mis palabras carecen de sentido,
no sería  yo cuando describiendo  un árbol
viese las  hojas
creyendo que sus raíces son casualidades de la vida.
Cuando me leas,
No creas que soy sólo un poema más.

José Manuel Acosta.

LIBROS ( Ateniéndose a la lectura )



Un libro tiene los ojos útiles del tiempo
los dedos llenos de viajes
y los labios vacíos de cansancio,
un grito inadvertido
hilvanando injusticias.
Un libro guarda aquel beso de otoño
que se esconde en el destino
un árbol cansado sin memoria
y el dolor goteando dignidad.
Un libro es una historia
doblando horas,
la razón de la palabra
que gobierna nuestro juicio
porque ellos aceptan los años en silencio.
Cuando se revela su sombra,
queda sujeto a la obediencia
de un nuevo comienzo.
Un libro,
es la única manera que encontraremos de ser eternos.

José Manuel Acosta.